En mi casa —tu casa— se cuida a la distancia, transnacionalmente y en redes. Las migraciones atraviesan las prácticas de sostener y reparar el mundo porque diferentes integrantes de la familia se encuentran en países distintos. Localmente, nos cuidamos de forma cotidiana, interpersonal y cara a cara, variando en intensidad según las circunstancias.

Como muchas familias transnacionales, intercambiamos recursos económicos y culturales, afectos, consejos, escucha, contactos y redes que habilitan o son en sí, formas de cuidarnos.

Foto: Cuartoscuro
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Esta reflexión busca explorar los límites y alcances de los cuidados en la intersección entre migración y género. Mi intención es expandir el concepto más allá de su acción local, aprovechando el potencial de la ética del cuidado para operar en contextos migratorios. El énfasis que esta ética pone en la interdependencia, vulnerabilidad y cualidades morales como la empatía, la solidaridad y la responsabilidad, resuena con las problemáticas de la movilidad humana contemporánea.

Un jardín que abarque todo el mundo

Simone de Beauvoir interpela una frase afamada de Voltaire, donde éste sugiere que hay que limitarnos a cuidar nuestro propio jardín. La filósofa francesa, lúcida y desafiante, pregunta entonces ¿cuáles son los límites de ese jardín?, ¿podemos extender ese jardín para que abarque todo el mundo?

Debemos examinar los confines del jardín que cultivamos y detectar qué fronteras le dividen. Consideremos tanto las fronteras nacionales como aquellas impuestas, en particular, por el género, entre otras tantas categorizaciones políticas que reproducen desigualdades. Según la Organización Internacional del Trabajo:

  • Cada día se dedican 16 billones de horas a nivel mundial al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, del cual el 76% lo realizan mujeres y niñas. 

  • De 75.6 millones de personas en el trabajo doméstico remunerado, el 76.2% son mujeres.

  • Una de cada seis trabajadoras domésticas es una persona migrante.

Estos datos señalan que, de manera local y mundial, los cuidados están sobrecargados en las mujeres. Podemos constatar los efectos de la división sexual e internacional del trabajo de cuidados, su feminización que atraviesa las fronteras. Se torna urgente una lectura transnacional de la ética del cuidado.

Hacia una ética transnacional de los cuidados

Pensar los cuidados desde las migraciones problematiza sus límites y alcances. Si bien se suelen entender como actividades intensivas de sostenimiento de la vida, cara a cara y continuas, los procesos migratorios complejizan esta noción, añadiendo las dimensiones de ausencia física y presencia virtual, distancia geográfica y cercanía emocional.

Es muy importante tener claro que los cuidados no se anulan en los procesos migratorios. Se diversifican, dando lugar a cuidados comunitarios y redes de cuidado, así como a cuidados a distancia mediante nuevas tecnologías de comunicación y plataformas digitales. En este contexto, la ética del cuidado guarda un enorme potencial para atender dilemas morales transnacionales, porque:

  • Subraya la responsabilidad y la reciprocidad, invitándonos a cuidar no solo a las personas cercanas, sino a otras personas sin importar su origen y también al mundo en su conjunto. 

  • Favorece la empatía, la confianza y la solidaridad, cualidades morales cruciales para modular todo encuentro intercultural, fomentando la sensibilidad mutua y desafiando la xenofobia. 

Si bien el camino es largo, al ampliar el jardín que cuidamos, sensibilizándonos a las injusticias de género, al carácter interdependiente y vulnerable de la vida humana con empatía, responsabilidad y solidaridad, podemos orientarnos hacia la construcción de un mundo donde la vida esté al centro.

*Referencias

-Castellarnau, Adriana (2019). Simone de Beauvoir. RBA Editores México.

-Quiénes son los trabajadores domésticos (Trabajadores domésticos). (s/f). Recuperado el 22 de abril de 2024, de https://www.ilo.org/global/topics/domestic-workers/who/lang--es/index.htm

-Tronto, Joan (2013). Caring democracy: Markets, equality, and justice. New York University Press.

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