El 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, de manera oficial desde 1999. Lamentablemente, la violencia en contra de las mujeres es una realidad cruda y vigente, que se manifiesta en diferentes aspectos de la vida de aquellas personas que se identifican como mujeres.
A pesar de la lucha de las mujeres por la defensa de sus derechos (que lleva décadas en el mundo), es difícil reconocer que aún prevalecen diversas formas de violencia relacionadas directamente con la identidad de género de las personas.
Estas formas de violencia se vinculan con las características asignadas, con las ideas preconcebidas de qué debe de ser un varón y qué debe de ser una mujer. La sociedad, la cultura, establecen una relación de poder y dominación, basada en un sistema binario, de características opuestas, en donde lo identificado como tradicionalmente masculino tiene un mayor valor; en este orden social estructural se “legitima” el violentar.
Todavía, en nuestra sociedad contemporánea, desde pequeños a los varones se les enseña a ser hombres a partir de diferentes rituales que deben cumplir y aprender para ser verdaderos hombres. Cosas dichas, establecidas y reproducidas que generalmente no se cuestionan. A las personas caracterizadas como varones se les orienta a desechar sus emociones para mostrarse en todo momento fuertes, poderosos, valientes, agresivos y sexualmente disponibles.
En general, los varones atienden a estos mandatos; sin embargo, hay varones que no siguen la norma, que se diferencian de estos patrones, o de algunos de ellos, lo cual los lleva a padecer sanciones sociales.
Estos varones son caracterizados como afeminados, mandilones, en fin, “poco hombres”; experimentan diferentes formas de exclusión, discriminación y violencias por no cumplir con los mandatos establecidos para su identidad sexo-genérica.
Esta realidad de los varones urbanos contemporáneos, nos la comparte Luis Alberto Rodríguez Ángeles*; su texto es un ensayo narrativo, que nos muestra cómo los varones se constituyen a partir de los roles y estereotipos que se les asignan, así como la dificultad de romperlos, puesto que este mismo sistema les sanciona por renunciar a ser lo que deberían ser.
La manera en que estas estructuras de creencias estás afianzadas en la sociedad, las hace parecer como normales, lo que lleva a omitir que son violencia y que reproducen y afianzan diferentes formas de violencia más cruentas.
Por esto se reconoce como una necesidad urgente el transformar las ideas que tenemos de qué es lo que debe de ser un varón y qué es lo que se debe ser a partir de identificarse como mujer.
Es indispensable hacer un cambio cultural en el que intervengan las escuelas, las familias, las diferentes estructuras de gobierno, el mercado, en fin, divulgar y enseñar que no es “normal” la violencia, que no es normal la desigualdad en la sociedad. Esperamos que cada 25N se noten cambios significativos en materia de erradicación de las diferentes formas violencia que se enfrentan en el mundo.
*Referencia
Rodríguez Ángeles, Luis Alberto. (2022). Eso que se dice hombre. Desde Abajo Editorial.
Sobre las autoras:
Luz María Galindo Vilchis (@Luzapelusita)
Coordinadora del Diplomado Violencias y Diversidades; del Seminario Estudios interseccionales de la desigualdad social y del Seminario permanente interinstitucional Familia y Diversidad, todos del Instituto Mora. Asimismo, docente en la UNAM. Realizó su estancia postdoctoral en el CEDUA-COLMEX. Sus líneas de investigación son la perspectiva de género, políticas públicas, usos del tiempo, corresponsabilidad social, vida cotidiana y trabajo de cuidados, diversidad familiar y diversidad sexual, nuevas experiencias de ser hombres (masculinidades).
Tania Lizbeth Meléndez Elizalde (@MelendezTania20)
Socióloga, maestra y candidata a doctora en Ciencias Políticas y Sociales por la UNAM. Docente en la carrera de Sociología en la FES Aragón UNAM. Líneas de investigación: sociología de la familia, sociología de la religión, perspectiva de género, cambio social y cultura.

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